NRG se corona en el VALORANT Champions 2025: Fnatic cayó, resucitó y peleó hasta el último suspiro
- Sons miko
- 6 oct
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Desde la derrota hasta el renacer, Fnatic caminó entre el fuego y rozó la gloria. NRG aguantó la embestida y levantó el trofeo que cierra un año histórico para VALORANT.
Cuando empezó el Champions 2025, pocos imaginaban que el torneo cerraría con uno de los guiones más dramáticos del año. Fnatic cayó, se levantó y casi escribió la mayor remontada de su historia. NRG, en cambio, supo sobrevivir al caos y sellar su destino con la frialdad de un verdugo.
El 3 de octubre arrancó el duelo que cambiaría el bracket. NRG abrió la serie aplastando a Fnatic 2-0, mandándolos directo al lower bracket y dejando claro que no había espacio para la duda. Mientras tanto, DRX despachaba a Paper Rex con un 2-0 que los mantenía vivos, preparando el terreno para una semifinal que olía a revancha.
Y ahí apareció el rugido naranja. Fnatic, herido pero no vencido, volvió al servidor contra DRX en un duelo que fue puro pulso competitivo. Cayeron 1-0, pero lo empataron con temple y terminaron cerrando el 3-1, demostrando que todavía quedaba gasolina, orgullo y sangre fría. No fue un simple triunfo: fue una declaración. Fnatic regresaba a la gran final. El escenario, una vez más, los enfrentaba a su némesis: NRG.

La final arrancó como una pesadilla repetida. NRG golpeó primero, luego segundo. 2-0. El público se acomodaba para la coronación… pero Fnatic se negó.El tercer mapa fue la chispa. Derke encendido, Leo impecable en retakes imposibles, Boaster riendo entre el fuego cruzado. Fnatic ganó, y el ruido en la arena cambió de tono.El cuarto mapa fue fuego puro. Fnatic empató la serie, y por un momento, todos creímos que lo imposible volvería a pasar: el reverse sweep estaba vivo.
El quinto mapa fue el resumen del torneo entero: un pulso entre control y locura. Cada ronda era un milagro o una caída libre. Y al final, la balanza se inclinó por centímetros. NRG cerró 3-2, levantó el trofeo y puso fin a un año que se jugó como una historia de redención, no solo para ellos, sino para todo el circuito.

Fnatic no ganó, pero su viaje definió el 2025. Cayeron en la primera ronda, revivieron desde abajo, y dejaron el alma en la final. En un ecosistema donde la línea entre la gloria y el abismo se mide en milisegundos, su camino se convirtió en una metáfora de todo lo que hace grande a VALORANT: la fe, la rabia, la elegancia en medio del caos.
Así terminó el año competitivo. NRG alzó la copa, sí, pero Fnatic encendió la llama que no se apaga.Porque 2025 no cierra con un campeón: cierra con una promesa. La de volver, caer, levantarse… y seguir jugando hasta que el eco del último headshot se pierda entre los aplausos.









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