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¡El Dragón Latino llego a coronar! Leviatán llego a Beijing y se trae la copa a casa con pura garra

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Hay victorias que se ganan jugando bonito, y hay otras que se ganan con el cuchillo entre los dientes, sufriendo, "a lo macho". Lo que hizo Leviatán este fin de semana en China fue de esas gestas que te ponen la piel chinita. Se metieron a la boca del lobo, al imponente JDG Esports Center en Beijing, con todo en contra: el horario, el cansancio y miles de almas gritando para que perdieran. Pero a la "Levianeta" le importó poco el guion. Si no te desvelaste, prepárate, porque aquí te vamos a contar cómo se vivió esta guerra donde pasamos del miedo al éxtasis.


Primer Asalto: Contra la casa y el "Show de Neon"


El sábado la cosa pintaba fea. El rival era Bilibili Gaming (BLG), los dueños de casa. Y aunque el papelito diga que ganamos 2-0, la realidad es que el inicio fue para comerse las uñas hasta los codos.

El primer mapa, Split, fue una carnicería. Los chinos salieron bravos, empujados por su gente, pegando tiros imposibles. Nos llevaron al límite, al temido "Tiempo Extra", donde un error te manda a llorar al hotel. Se sentía el nerviosismo, las manos sudaban... y entonces, apareció Neon.


¡Qué locura lo de este muchacho! Se puso el traje de héroe, se cargó al equipo al hombro y dijo: "Calma, que yo resuelvo". Para que me entiendan la magnitud: en este nivel, hacer 20 bajas es jugar bien; Neon se despachó con 41 eliminaciones. ¡Cuarenta y una! Parecía que jugaba contra niños. Él solo silenció a todo el estadio y nos dio ese primer mapa por 17-15 con el corazón en la mano.


Ya con los locales moralmente destruidos, el segundo mapa (Corrode) fue un baile. Leviatán olió sangre, ganó 13-5 y firmó su pase a la final. Pero agárrense, que venía el monstruo final.


La Gran Final: Del infierno al cielo contra los Gigantes


El domingo en la mañana nos topamos con pared: DRX. Los coreanos, famosos por ser fríos y calculadores como robots. La final (a ganar 3 de 5 mapas) terminó 3-1 para Leviatán, pero ¡ay, nanita!, cómo se sufrió para llegar ahí.


El baño de agua fría (Mapa 1: Pearl) Arrancamos la final y ¡zaz!, cubetazo de realidad. En el primer mapa nos pasaron por encima. Un coreano llamado Flashback andaba intratable, pegaba todo. Pero lo que más dolía era ver a los nuestros achicados. Spike, pieza clave del equipo, estaba viviendo una pesadilla: no mataba nada, lo cazaban siempre, terminó con 5 eliminaciones y 16 muertes. Perdimos 7-13 y la neta, se sentía el miedo. Parecía que nos iban a barrer y a mandar a casa con las manos vacías.


¡Despierta el gigante! (Mapa 2: Haven) Pero si algo tienen los latinos es que no se rajan. En el segundo mapa, Leviatán salió con otra cara, con rabia. Aquí el que se volvió loco fue Sato. El tipo entró en "modo dios". Hay una puntuación que mide qué tanto destrozas en la partida; Sato rompió el récord con 361 puntos. Fue una aplanadora. Les devolvimos la paliza 13-5 y empatamos la serie. ¡Había vida!


Juego de ajedrez (Mapa 3: Split) Con el 1-1, la cosa se puso tensa. Regresamos a Split y ahí fue duelo de inteligencias. KiNgg, el capitán, sacó la casta y manejó los tiempos como maestro, mientras Sato seguía fino con el gatillo sumando 22 bajas más. Fue un estira y afloja, pero ganamos las rondas importantes, esas que duelen. Marcador 13-10 y ya acariciábamos la copa.


La redención de película (Mapa 4: Bind) El cierre fue de no creerse. DRX se negaba a morir, pelearon como gatos boca arriba y nos empataron 12-12. ¡Otra vez a Tiempo Extra! ¡Otra vez el drama!


Y aquí es donde se escriben las leyendas. ¿Se acuerdan de Spike? ¿El que había jugado horrible al principio y al que ya todos estaban reventando en redes? Pues en el momento más caliente, cuando las papas quemaban de verdad, Spike renació de las cenizas.




¡Qué pantalones del muchacho! Lejos de esconderse, salió a dar la cara. Fue el mejor de la partida decisiva, salvó rondas imposibles y lideró la tabla con 23 eliminaciones. Pasó de ser el villano al héroe que nos dio el título. Ganamos 14-12 y se desató la locura.

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